Terminar un gran libro puede ser una experiencia de sentimientos encontrados. Para este bebé, es causa para lágrimas.
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No importa de qué se trata el libro –Animales bebés, La Oruga Hambrienta o el clásico Yo Soy un Conejo. En el final de cada libro, el bebé llora, sabiendo que nunca jamás podrá conocer la alegría de empezar ese volumen de nuevo.